Avutarda india: una de las aves voladoras más grandes, en peligro de extinción
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Las avutardas son aves muy interesantes, que destacan por sus hábitos terrestres y su gran tamaño. Este grupo engloba a 26 especies distintas, que conforman la familia Otididae y, por desgracia, están gravemente amenazadas. La avutarda india es una de las más preocupantes a nivel de conservación, ya que parece estar cerca de la extinción.
Este animal es considerado una de las aves voladoras más pesadas del mundo. Solo está por debajo de la avutarda común, cuyas poblaciones se encuentran sobre todo en la Península Ibérica, y la avutarda kori, endémica de África. Si quieres aprender más sobre este ave, tan vulnerable como singular, sigue leyendo.
Características de la avutarda india
La avutarda india (Ardeotis nigriceps) es un pájaro de gran tamaño, de aspecto más estilizado y grácil que los miembros más grandes de su familia. Destaca por sus largas patas, cuerpo paralelo al suelo y cuello largo y delgado.
Los machos y las hembras de esta especie alcanzan un tamaño parecido, con una altura máxima de en torno a 1,2 metros y un peso de 15 kilos. Estas dimensiones son enormes para un pájaro capaz de volar.
En cuanto al color, el cuerpo de la avutarda india es marrón por la parte dorsal, mientras que las patas están desnudas y son amarillentas. Las alas son marrones, negras y grises por la parte de arriba y blanquecinas por abajo. Este mismo color pálido aparece también en la parte ventral del cuerpo, por el cuello y la cabeza.
Por último, la cabeza está rematada por una corona negra, muy característica de esta especie, que es mayor en los machos. Los machos también tienen una banda negra en el pecho y una bolsa gular en el cuello, que pueden hinchar para atraer hembras en la época reproductiva.
Hábitat y ecología de la avutarda india
Anteriormente, A. nigriceps estaba distribuida ampliamente por India y Pakistán. Sin embargo, tras intensos declives poblacionales y extinciones locales, este ave ha quedado restringida al 10 % de su rango anterior. Ahora, solo está presente en Rajasthan y Gujarat, con algunas poblaciones muy pequeñas en otros sitios.
Esta avutarda, como el resto de miembros de su familia, habita preferentemente en espacios abiertos muy planos, como praderas o estepas áridas y semiáridas, que pueden presentar arbustos. Puede encontrarse también en zonas moderadamente agrícolas, pero se reproduce solo en áreas no perturbadas por la actividad humana.
Su alimentación es muy variada y se adapta a los alimentos que sean más abundantes según la época, ya que son animales omnívoros y oportunistas. Algunos de sus alimentos habituales son semillas, hierbas, artrópodos variados —como escarabajos y saltamontes— y pequeños vertebrados.
Durante la reproducción, los machos pueden agruparse formando leks en los que se exhiben, inflan sus cuellos y cantan para atraer a las hembras. Tras la reproducción, las hembras suelen poner un solo huevo en un nido sencillo, situado en campo abierto. Las hembras son las únicas que cuidan a la cría.
Los leks son arenas de selección sexual donde los machos ocupan terrenos concretos y exhiben sus rasgos más llamativos a las hembras.
Estado de conservación
Estas avutardas se encuentran en una situación muy precaria: podrían desaparecer del planeta en las próximas décadas. Por lo tanto, está clasificada como una especie en peligro crítico de extinción por la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), el nivel más alto de alerta.
Su población ha sufrido una disminución muy intensa, pues ha pasado de 1260 individuos en 1969 a menos de 300 ejemplares a día de hoy. Además, este ave se ha extinguido localmente en gran parte de su rango de distribución. Las pequeñas poblaciones supervivientes están aisladas y tienen una baja diversidad genética, lo que las hace más vulnerables.
Entre las causas su declive, se encuentra la caza desenfrenada, tanto por deporte como para conseguir alimento. Esta práctica comenzó siglos atrás y aún continua hoy en día. Además, se ha visto agravada por el acceso a zonas remotas que permiten los vehículos modernos.
El desarrollo humano es otra una gran amenaza para esta especie. En especial, la expansión de la agricultura intensiva, la ganadería y la popularización del regadío han destruido las estepas áridas que necesitan las avutardas para sobrevivir.
Otros avances como la industrialización, minería, construcción de carreteras y centrales energéticas —o instalación de redes eléctricas— también han aumentado la mortalidad de estos animales y han destruido o sustituido sus zonas habitables.
Destacan también la mala gestión de las estepas, que en algunos casos han intentado transformarse en bosques de los que sacar beneficio económico, y la falta de apoyo e incluso oposición de las comunidades locales a la conservación de la especie.
Como en muchos otros casos, para conservar este ave tan especial es imprescindible contar con el apoyo de las personas locales. Por lo tanto, es muy importante establecer planes de educación y sensibilización, siempre teniendo en cuenta el impacto económico que ciertas acciones de conservación podrían tener sobre los habitantes de las regiones intervenidas.
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