4 amenazas para los narvales

Estos cetáceos inspiraron las leyendas sobre los unicornios marinos. Ahora, las amenazas para los narvales se multiplican.
4 amenazas para los narvales
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 09 febrero, 2022

Las ballenas son el vivo recuerdo de épocas prehistóricas, en las que los gigantes pisaban la Tierra y nadaban en los océanos. Ahora peligra la existencia de muchas de ellas y, concretamente, las amenazas para los narvales vaticinan un desastre no solo a nivel de especie, sino mundial.

Los narvales, que en el siglo XVI aterrorizaban los navíos que iban de expedición al Ártico, ahora son víctimas de su gran especialización y el cambio climático. Vamos a conocer esta situación un poco más en profundidad.

Características de los narvales

El narval (Monodon monoceros) es un cetáceo odontoceto —es decir, con dientes— de la familia Monodontidae, la cual se compone únicamente de ellos y de las belugas (Delphinapterus leucas). Habita en las aguas del Ártico y el norte del Atlántico.

La característica más llamativa de esta especie es el largo colmillo helicoidal que presentan los machos, que puede llegar a medir 2 metros de longitud. Sin esta prolongación de su cuerpo, su longitud corporal oscila alrededor de 4,5 metros y un ejemplar adulto pesa entre 1 y 1,5 toneladas. Se especula que su utilidad es la de orientar los ultrasonidos de la ecolocalización.

En un principio, se pensaba que el colmillo de los narvales servía para hacer agujeros en las gruesas capas de hielo del Ártico, pero no se descartan otras hipótesis, como que sirva para impresionar a las hembras o que solo sea un caracter sexual secundario. Sin duda, nos queda mucho por conocer de este mamífero acuático.

Los narvales se alimentan de peces y crustáceos del fondo marino, al que se sumergen un máximo de media hora y a una profundidad de 800 metros. Las especies que consumen son selectas —bacalao, arenque, fletán, platija y salmón— y los ejemplares suelen acudir a las costas en invierno y adentrarse en mar abierto durante el verano.

Son animales gregarios que viven en grupos de 5 a 10 individuos, pero en verano pueden llegar a congregarse cientos de ellos. Poseen una gran variedad de vocalizaciones, entre las que se incluyen los clics de la ecolocalización y diferentes silbidos, que modulan para reconocerse entre ellos.

Cuando los narvales se acercan a un lugar de interés, se lo comunican a sus congéneres como si fuera el sensor de proximidad de un coche. Aumentan la frecuencia de los clics, hasta que se convierte casi en un silbido continuo.

Un narval en el mar.

¿Las orcas son amenazas para los narvales?

Las orcas o ballenas asesinas (Orcinus orca) son los cetáceos más ampliamente distribuidos por los océanos del mundo, pero no se adentraban demasiado en el Ártico, pues bajo las gruesas capas de hielo podían perderse y morir ahogadas, o bien perder la aleta dorsal. Sin embargo, con el deshielo producto del cambio climático, han visto su oportunidad para buscar nuevas presas.

Un nuevo estudio encontró que una población de 136 a 190 orcas pasó los meses más cálidos del verano en la región norteña de la isla de Baffin (Canadá). Entre 2009 y 2018, las orcas se alimentaron de hasta 1504 narvales cada temporada. Estos depredadores, gracias a que cazan de forma cooperativa, son capaces de matar animales tan grandes como los narvales.

En la actualidad, estos cetáceos no cuentan como una de las amenazas para los narvales, al menos a corto plazo. No obstante, los expertos indican que es un hecho que no debe dejar de monitorizarse. A medida que avanza el deshielo, las orcas podrían adentrarse más y más hacia el norte.

Amenazas debido al calentamiento global

Que el Ártico se deshiela es un hecho que prácticamente todo el mundo conoce. Sin embargo, las consecuencias de esto son tan numerosas y operan a tantos niveles que es difícil de concebir en una primera instancia. Estas son algunas de ellas:

  • El Ártico, como tal, podría desaparecer: a diferencia de la Antártida —que posee superficie terrestre—, el Ártico es un gigantesco trozo de hielo flotando en el mar.
  • El deshielo está produciendo un progresivo aumento en el nivel del mar, que amenaza con reducir la superficie de los continentes de manera drástica.
  • El cambio de temperaturas en el océano está modificando las corrientes marinas y atmosféricas. Esto se traduce en eventos climáticos anómalos en todo el planeta.
  • Emisión de gases de efecto invernadero acumulados en el permafrost.
  • Reaparición de enfermedades: la descongelación de un cadáver de reno en 2016 provocó la reaparición del ántrax.
  • Un clima más cálido tiene implicaciones en todos los niveles de la red alimentaria. Los primeros afectados serán las algas que viven bajo el hielo marino y forman la base de la red alimenticia de las especies habitantes del Ártico.

Los narvales se ven altamente afectados por estos cambios, ya que su capacidad de adaptación está limitada —están muy especializados en su hábitat—. En las siguientes líneas, puedes conocer cómo el cambio climático está alterando su vida.

1. La pérdida de hábitat es una de las mayores amenazas para los narvales

A menor cantidad de hielo, menor superficie habitable para estos mamíferos. Sus adentramientos bajo la densa capa de hielo parece ser la estrategia para huir de depredadores y amenazas humanas, de manera que cada vez quedan más expuestos a ellos.

2. Actividad humana

El retraimiento de la capa de hielo dejó al descubierto yacimientos de petróleo, que atrajeron a prospectores y empresarios. Por otro lado, la industria pesquera se adentra cada vez más en el territorio de los narvales y otros animales marinos, alterando las aguas y quitándoles su alimento.

El ruido del sónar de los barcos interfiere con la ecolocalización de los cetáceos de la zona. Por otro lado, son muchos los narvales que quedan atrapados en las redes de pesca o mueren al chocar contra las hélices de los barcos.

3. Cambios en la capa de hielo

Las alteraciones de temperaturas cambian el patrón de la superficie del hielo. Los narvales suelen localizar las zonas donde pueden salir a la superficie a respirar pero, ante estas alteraciones, se han documentado más casos de estos cetáceos quedándose atrapados bajo una capa de hielo que antes no estaba ahí, ahogándose.

Unos narvales nadando en los fondos.

Como puedes ver, las amenazas para los narvales, que afectan también al resto de cetáceos, son una de las grandes preocupaciones de las organizaciones ecologistas, al igual que de gran parte de la población humana. Sin embargo, para presionar a los organismos responsables de la protección del medio ambiente no hace falta pensar en ellos: los humanos también sufrimos las consecuencias del deshielo.

Nevadas nunca vistas, sequías, incendios que duran meses; todo esto es inusual y la mayor parte de la gente sabe que algo no va bien con el clima en los últimos años. Lejos de poder seguir admirando las maravillas de la naturaleza, solucionar el cambio climático empieza a ser una cuestión de mera supervivencia.


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