Alergias en los perros: ¿cómo de frecuentes son?

A pesar de que las alergias alimentarias son complejas de diagnosticar, son las más fáciles de controlar
Alergias en los perros: ¿cómo de frecuentes son?
Paloma de los Milagros

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 12 noviembre, 2019

Las alergias en los perros son una realidad bastante frecuente dada la multitud de sustancias capaces de provocarlas. Conocer las más habituales y sus síntomas potenciales resulta de gran utilidad para saber abordarlas.

De forma general, el término alergia hace referencia a la sobreactividad o hipersensibilidad del sistema inmunológico al entrar en contacto con determinadas sustancias.

Estas últimas, denominadas alérgenos, pueden ser de naturaleza vegetal, animal o incluso de origen inorgánico. Una vez ingeridas, inhaladas o absorbidas a través de la piel, provocarán los signos característicos del proceso inflamatorio.

La principal responsable de esta inflamación es una sustancia química denominada histamina. Esta se libera cuando el alérgeno se combina con los anticuerpos emitidos por el sistema inmune, lo que provoca la rojez, la hinchazón y el picor característicos.

Las alergias en los perros suelen aparecer pasados los seis meses de edad y, además de ser una afección habitual, algunas pueden heredarse.

Alergias caninas más habituales

Al igual que en los seres humanos, existen multitud de alergias caninas con su respectiva sintomatología. Sin embargo, conviene tener en cuenta posibles respuestas propias de cada organismo.

  • Alergia a inhalantes o atopia. Los principales alérgenos son el polen, los mohos, los hongos y los ácaros domésticos. Aunque están relacionados con la estacionalidad, algunos pueden darse de forma permanente, sobre todo los asociados al polvo o a la contaminación. El picor en la cara, las orejas, las patas delanteras o el abdomen es bastante frecuente. Los casos más graves pueden desarrollar rinitis, asma, descamación y alopecia.
Alergia canina
  • Alergia alimentaria. A pesar de que cualquier ingrediente puede provocarla, las de naturaleza proteica, ya sea carne, leche, soja, huevos o gluten, son más habituales. Además de los síntomas propios de la inflamación, pueden producir trastornos digestivos y respiratorios. Para diagnosticarlas, normalmente, se recurre a las dietas de eliminación, excluidos ciertos productos durante dos o tres meses.
  • Alergia a picaduras. Se producen cuando la respuesta inflamatoria es exagerada más allá del típico habón. Algunas de las más frecuentes son las provocadas por arañas, abejas, avispas, mosquitos, pulgas y garrapatas. Los síntomas característicos son la hinchazón local y, debido al exceso de rascado o lamido del animal para mitigar el picor, pueden darse alopecias o infecciones secundarias.

Diagnóstico y tratamiento de las alergias en los perros

El diagnóstico de las alergias en los perros puede resultar bastante complejo, dada la diversidad de alérgenos y el solapamiento de alergias en algunos casos. Por ello, es fundamental la observación por parte de los dueños ante cualquier síntoma de inflamación u otro trastorno surgido de forma ‘espontánea’. Los veterinarios utilizarán todos esos signos, junto con la edad, la raza y el historial clínico para valorar una posible alergia.

La dificultad de diagnóstico es todavía mayor, sobre todo en el caso de las alergias alimentarias, porque los análisis de sangre y cutáneos suelen ser poco concluyentes.

Beagle rascándose

Por contraposición, son este tipo de alergias las más fáciles de abordar porque, normalmente, la exclusión del ingrediente en cuestión conduce a la desaparición de los síntomas.

En el caso de las atopias resulta más complicado dada la presencia del alérgeno en el ambiente. Su tratamiento depende de la duración y de la exposición del animal. La terapia antiinflamatoria basada en corticosteroides o en antihistamínicos es la alternativa más rápida y eficaz. Además, también puede optarse por vacunaciones preventivas y, como medida complementaria, al uso de champús hipoalergénicos.

Por otra parte, para mejorar los síntomas de una inflamación excesiva ante una picadura, las medicamentos antiinflamatorios orales o tópicos son los más comunes. Además, se debe evitar que el can se toque la zona afectada.

A pesar de que las alergias en los perros son bastante habituales, una vez realizado el diagnóstico, son relativamente fáciles de controlar. Para ello, la perseverancia de los propietarios en el cuidado meticuloso del animal resultará esencial.


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