9 datos curiosos sobre las libélulas

Confundidas con los caballitos del diablo, las libélulas son los insectos más veloces de la Tierra. En su etapa de ninfas, tienen una peculiar manera de moverse.
9 datos curiosos sobre las libélulas
Samuel Sanchez

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Sanchez.

Última actualización: 02 agosto, 2022

Las libélulas son unos de los insectos más antiguos que habitan sobre la Tierra, pues existen desde hace más de 320 millones de años. Sus grandes alas transparentes son su medio de transporte y no pueden plegarlas sobre el abdomen. ¿Quieres conocer más datos curiosos sobre las libelulas?

Por ejemplo, cabe destacar que las crias o ninfas de estos invertebrados se desarrollan en el agua, por lo que su hábitat está siempre cerca de ríos o pantanos. Además, son unas letales cazadoras de insectos. A continuación, te contamos 6 datos curiosos más sobre estos fascinantes animales alados.

1. Excelente visión

El sentido de la vista en las libélulas (Anisoptera) es bastante avanzado en comparación a otros insectos. Sus ojos están compuestos por más de 30 000 facetas hexagonales diminutas —conocidas como omatidios— que le ofrecen a este invertebrado una vista de 360 grados.

Debido a esto, se considera que una gran parte del cerebro de estos insectos —entre el 70 % y 80 %— está destinado a analizar la información visual.

2. Voladoras de alta precisión

A diferencia de otras especies como las moscas, los colibries o los mosquitos, las libélulas pueden mover sus 4 alas 30 veces por minuto y mantenerse perfectamente suspendidas en el aire. La libélula común (A nax junius), es uno de los insectos más rápidos del mundo, pues logra alcanzar una velocidad de 85 kilómetros por hora.

Una libélula sobre un fondo blanco.

3. Ilusionistas para cazar

Otro de los datos curiosos sobre las libélulas es que son maestras del engaño a la hora de cazar. Pueden reflejarse en sí mismas como un objeto estático y atrapan rápidamente a su presa cuando está desprevenida. Es una técnica de camuflaje muy compleja que pocas especies utilizan y deja en evidencia su rápida reacción en la caza de sus presas.

4. Migrantes en potencia

Algunas especies de libélulas de los géneros Libellula, Sympetrum y Pantala forman parte de los insectos que realizan una de las mayores migraciones del mundo. Algunos de los ejemplares ejecutan recorridos grupales transoceánicos de más de 17 000 kilómetros para reproducirse o, simplemente, como un comportamiento innato en la especie.

5. Colores y fisiología

Estos insectos también se distinguen por los diferentes colores que cubren su cuerpo. Su plano corporal se divide en 3 partes importantes: cabeza, tórax y abdomen. De la zona torácica emergen 6 patas.

Las libélulas no pueden caminar con facilidad con sus extremidades, pero las usan para atrapar presas o sujetarse cuando hay viento. Las coloraciones más comunes comprenden un tórax color verde o rojo y un abdomen de tonos azulados o amarillos.

Otro de los datos curiosos sobre las libélulas es que respiran por su ano. Las ninfas de este grupo expulsan una pequeña cantidad de agua por su ano, lo cual les sirve para moverse rápidamente en el agua y escapar de posibles depredadores.

6. Alimentos aéreos

Si las libélulas no pudiesen volar, fácilmente morirían de hambre. Su dieta se basa en moscas, polillas, mariposas y mosquitos, como Aedes aegypti, portador del virus del dengue. Su boca está adaptada para morder: gracias a una característica prensil, la libélula es capaz de extender su boca hacia adelante a una gran velocidad, para capturar su presa.

7. Fósiles vivientes

Hay evidencias científicas que demuestran que las libélulas habitaban la tierra mucho antes de que los dinosaurios aparecieran. En la era del Carbonífero, estos insectos surcaban los aires, hace unos 300 millones de años. Físicamente, su ancestro no tiene muchas diferencias con la libélula actual, fuera de los 720 milímetros que medía de punta a punta.

8. Copulación en suspensión

Durante un par de segundos o minutos, las libélulas pueden reproducirse mientras se mantienen suspendidas en el aire. El macho realiza diferentes movimientos para cortejar a la hembra y posteriormente aferrarse a ella, a través de unas pinzas especiales en su abdomen. En este momento, la hembra arquea el abdomen para fertilizarse y depositar los huevos en el agua.

9. Indicadores ecológicos

La presencia de las libélulas en ciertas áreas con abundante agua no debe tomarse como un indicio de contaminación. Todo lo contrario, ya que estos insectos voladores prefieren aguas con variedad de microhábitats.

En estos ecosistemas, las libélulas encuentran la solución a sus necesidades básicas, aunque la mayoría de ellas son muy sensibles a los cambios del pH o la temperatura del agua. Por esta razón, estos invertebrados son unos claros bioindicadores de la salud del ambiente.

Una libélula al vuelo.

Tal como apreciaste, las libélulas son insectos muy comunes, pero con algunas particularidades únicas que las diferencian de otros grupos de invertebrados. Te hemos presentado algunas de sus características, pero existen muchas más.

Su poder de vuelo, su papel como agente erradicador de plagas y sus hermosos colores son algunos de los datos curiosos de las libélulas que quizá no conocías y por los que deben ser valoradas, pues no representan peligro alguno para el hombre.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Azuma, A., & Watanabe, T. (1988). Flight performance of a dragonfly. Journal of Experimental Biology, 137(1), 221-252.
  • Azuma, A., Azuma, S., Watanabe, I., & Furuta, T. (1985). Flight mechanics of a dragonfly. Journal of experimental biology, 116(1), 79-107.
  • Jongerius, S. R., & Lentink, D. (2010). Structural analysis of a dragonfly wing. Experimental Mechanics, 50(9), 1323-1334.
  • Okamoto, M., Yasuda, K., & Azuma, A. (1996). Aerodynamic characteristics of the wings and body of a dragonfly. Journal of experimental biology, 199(2), 281-294.
  • Snodgrass, R. E. (1954). The dragonfly larva. Smithsonian Miscellaneous Collections.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.