6 consecuencias de la obesidad en gatos

La obesidad en los gatos supone un deterioro pasivo y constante de la salud y la calidad general de vida del animal. Aunque parezca una situación anecdótica, puede llegar resultar letal.
6 consecuencias de la obesidad en gatos
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 07 mayo, 2021

La obesidad es un trastorno nutricional común en gatos caseros, sobre todo en aquellos animales castrados, que no viven con otros gatos y no tienen opción de salir al exterior. Este trastorno predispone a estos animales de compañía a varias patologías metabólicas y clínicas.

Aunque no todos los gatos con obesidad desarrollan enfermedades clínicas, cualquier tipo de patología se ve empeorada por este trastorno. Una simple cirugía, problemas cardiacos o de piel pueden verse empeorados por la obesidad.

Prevenir y tratar este trastorno es crucial para la correcta salud del gato, así como para su bienestar. A continuación, te contamos las consecuencias que puede tener la obesidad en la mascota felina.

1. Mayor riesgo de enfermedades endocrinas y metabólicas

La obesidad en gatos no es un problema estético. De igual manera, tampoco es divertido ver en internet vídeos de felinos que, debido a su desmedido sobrepeso, no pueden realizar las conductas naturales en ellos. De hecho, en algunos casos se considera maltrato animal cuando un tutor no hace nada para que la mascota baje de peso.

El tejido adiposo es muy activo y, por ende, no solo sirve como reservorio de energía. Los adipocitos tienen la capacidad de secretar una gran cantidad de proteínas, llamadas adipocinas, que están involucradas en muchos procesos biológicos y pueden contribuir a la disfunción metabólica sistémica. Dicho de otro modo, el metabolismo del gato felino obeso se ralentiza.

Así, los gatos obesos tienen una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades endocrinas, como la diabetes mellitus, hipotiroidismo e hiperadrenocorticismo felino, también conocido como «síndrome de Cushing».

En todas estas enfermedades ocurre la descompensación de algún tipo de hormona, debido a la gran cantidad de grasa acumulada en el cuerpo. Una vez estas patologías son diagnosticadas, lo más habitual es que el gato tome una medicación de por vida, además de aumentar el riesgo de sufrir otras enfermedades secundarias.

La obesidad en gatos puede ser muy negativa.

2. La obesidad en gatos aumentan las enfermedades articulares

A excepción de las razas grandes de gatos como el maine coon, los felinos domésticos no suelen tener una predisposición a padecer enfermedades de las articulaciones. Sin embargo, con la obesidad, la musculatura, el esqueleto y todas las articulaciones están soportando más peso de lo natural.

Esta sobrecarga puede facilitar la aparición de patologías en las articulaciones, como una hernia discal, enfermedades degenerativas, aumento de la probabilidad de sufrir fracturas óseas y un largo etcétera.

3. Problemas dérmicos

Los gatos pasan gran parte del día durmiendo, pero otra buena cantidad de tiempo realizan labores de acicalamiento. Poder lavar y desenredar el pelaje es muy importante para mantener la salud de la piel.

Cuando un gato tiene obesidad, no llegará a lavar ciertas regiones del cuerpo, como el área genital o los muslos. Aquí se acumulará gran cantidad de suciedad y pelo muerto. Además, el aumento de pliegues debido a esta condición creará regiones del cuerpo donde el gato no alcance con la lengua y donde proliferarán las bacterias.

Como consecuencia, un gato que no puede acicalarse desarrollará muchas enfermedades cutáneas. Por otro lado, como vimos antes, los procesos en lo que están involucradas las proteínas secretadas por los adipocitos también pueden provocar problemas de alergias.

4. Deterioro del sistema inmune

Una vez más, las adipocinas vuelven a ser las causantes de otra de las consecuencias de la obesidad en gatos. La secreción en masas de estas proteínas causa inflamación local y sistémica crónicas, es decir, muchas regiones del cuerpo sufren de forma sistemática y simultánea una inflación.

Los procesos inflamatorios movilizan ciertas hormonas, que a su vez avisan al sistema inmune. La inflación crónica puede sobrecargar el sistema, de forma que deje de actuar como debería hacerlo. Así, los gatos que padecen obesidad tienen una mayor probabilidad de contraer enfermedades infecciosas.

5. Obesidad en gatos y problemas urinarios

Los gatos obesos también son más propensos a sufrir enfermedades renales o urinarias, como infecciones, cálculos urinarios e incluso incontinencia. De nuevo, la inflamación sistémica y la presión que ejerce la grasa contra los riñones y vejiga pueden hacer que un gato desarrolle este tipo de enfermedades.

Del mismo modo, esta patologías pueden estar mediadas o no por hormonas y por una dieta deficiente a la vez que excesiva.

6. Calidad de vida

Cuando los gatos ganan tanto peso que pueden ser considerados obeso, su calidad de vida cae en picado. Los felinos deben ser animales ágiles, activos y curiosos. Si esto no es así, estos seres no son realmente felices y al final todo gira entorno al alimento.

Aunque no existen estudios en gatos, las investigaciones en perros sugieren que estos animales se vuelven más activos cuando llegan a perder peso. Además, estos mismos científicos creen que en los gatos ocurriría lo mismo.

Un gato con sobrepeso mira a cámara.

Hacer que la mascota baje de peso no es fácil y tanto el tutor como el gato pueden pasarlo muy mal al principio. Sin embargo, si se quiere que el felino sea feliz hay que ser constante y, al mismo tiempo, animarlo a moverse. Solo así se evitará que desarrolle obesidad a largo plazo.


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