5 recomendaciones para manejar la agresividad de mi perro

Es posible que un can tienda hacia un comportamiento violento porque padezca una enfermedad o dolor, porque esté asustado o simplemente por defender el que considera su territorio; a partir de ahí se puede trabajar en un adiestramiento para solucionar las actitudes violentas
5 recomendaciones para manejar la agresividad de mi perro

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 20 abril, 2018

Nosotros lo entendemos, porque manejar la agresividad de mi perro puede llegar a ser un desafío, en especial para aquellos que son primerizos en el asunto. Lo cierto es que estos casos pueden llegar a ser muy atemorizantes porque existe el riesgo de salir lastimado de gravedad mientras tratamos de calmar al animal.

Sin embargo, las causas que desatan esta agresividad en perros son variadas. A raíz de esto, manejar la agresividad de mi perro puede tener una o más soluciones, cuya dificultad puede variar según sea el caso, pero antes hablemos un poco sobre la agresión.

¿Que es la agresividad en perros?

La agresión es una reacción instintiva del animal ante determinadas situaciones o estímulos. Estos estímulos no siempre se deben a un peligro inminente o algún ataque de otro animal; lo normal es que sean reacciones por pánico e incluso dolor.

Así es. Un perro es agresivo no porque quiera hacer daño de forma voluntaria, sino que responde al instinto de supervivencia. Cuando están heridos, la reacción violenta es normal al no comprender por completo la razón de su dolor o enfermedad.

Pero no siempre la agresión es producto del dolor, porque a veces se convierte en un problema de comportamiento por no estar adiestrado de forma adecuada. Conocer los signos de la agresión es fundamental, y comprender por qué se produce dicha agresión es vital para manejar la agresividad de mi perro.

Causas de la agresividad en perros

Causas de la agresividad en perros

Un perro puede ser agresivo por distintos motivos, gran parte de estas reacciones son una respuesta a sus instintos primarios que aún conservan de los tiempos en que eran animales salvajes. Ya hemos hablado un poco de cómo la agresión es una reacción al dolor, pero la agresividad también puede ser una reacción a una enfermedad.

La dermatitis y las enfermedades bucales son los principales detonantes de la agresividad en canes; radica en la gran irritación que el animal siente por su cuerpo, o la hinchazón que siente en toda su boca.

El animal no comprende en profundidad lo que sucede con su cuerpo, por lo que reacciona de esta forma tanto por miedo como por dolor. También, un animal reacciona así para proteger a su familia, como es el caso de las madres recién paridas.

El instinto materno es una gran fuerza que mueve el mundo de los animales, y los perros no son la excepción a esta norma. Una madre es capaz de hacer cualquier cosa, e incluso sacrificar su propia vida por el bienestar de sus cachorros, por lo que ser agresiva es una forma de defensa.

Otra razón por la que un perro puede ser agresivo puede ser relativa a la defensa su territorio. Mucho hemos escuchado de los perros guardianes y de lo violentos que pueden ser, y el motivo es que defienden el terreno que consideran como propio. Por ello, es importante una buena presentación ante un can ajeno a nuestra manada.

Similar a este sentimiento, los perros reaccionan de forma violenta cuando se les interrumpe mientras come: está defendiendo su alimento para que no se lo robe algún carroñero. Comprender las razones por las que nuestro can reacciona así es vital para manejar la agresividad de mi perro.

Violencia en perros

¿Y cómo manejar la agresividad de mi perro?

Existen diversas formas de manejar la agresividad de mi perro, y una gran parte del esfuerzo requiere mucha paciencia y confianza en sí mismos. Antes de utilizar cualquiera de los método, de los que a continuación se hablará, es ideal consultar con el veterinario para descartar alguna enfermedad que cause que tu perro sea agresivo.

  • Evita los castigos dolorosos: el dolor es un detonante de la agresividad, por lo que es ideal evitar que el perro se sienta herido. Intenta castigos más suaves o reprimendas verbales en vez de recurrir a la brusquedad.
  • De igual forma, evita los juegos de contacto físico: como entrenadores, somos conscientes de que jugar a la lucha con nuestro can es divertido, pero esto solo deteriora el comportamiento de nuestro animal. La razón es que el perro puede exaltarse en exceso y recurrir a las mordidas como un juego.
  • Conoce el carácter de tu compañero: los animales con tendencias dominantes suelen ser los más agresivos al querer imponerse sobre los demás. Tu labor como dueño y entrenador es enseñarle a respetar la cadena de mando y que entienda quién es el líder de la manada.
  • Evita perturbarle mientras come o juega: quitarle el plato de comida o su juguete favorito puede detonar la agresión de nuestro compañero. Recuerda que no lo está haciendo porque le moleste, sino por defender lo que le pertenece.
  • Considera esterilizar a tu can: gran parte de los problemas de comportamiento se pueden corregir castrando a nuestra mascota. Además de hacerle más sumiso, nuestra mascota tendrá grandes beneficios a largo plazo en lo que a salud se refiere.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.