4 cuidados del gato persa chinchilla

El gato chinchilla es un tipo de gato persa y, como el resto de representantes de esta raza, puede sufrir patologías muy graves.
4 cuidados del gato persa chinchilla
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 30 julio, 2022

Los cuidados del gato persa chinchilla son muy similares a los de cualquier persa normal. Esta raza no es más que un tipo de gato persa con un pelaje algo más peculiar, ya que se parece mucho al de la chinchilla. Como el de este roedor, el vello del gato persa chinchilla es muy delicado y necesita cuidados específicos para que no se estropee.

Los gatos que pertenecen a esta raza tienen un carácter muy dócil y además son gentiles, inteligentes, adaptables y muy tranquilos, pero no son recomendables para hogares con muchos niños pequeños. A continuación, comentamos las necesidades que tienen estos gatos para mantenerlos saludables.

Bienestar en gatos con braquicefalia severa

Uno de los principales cuidados que se debe atender del gato persa chinchilla es la problemática provocada su cara plana o braquicefalia. Los felinos con esta cabeza tan característica muestran una forma craneal muy distinta, así como otras estructuras faciales diferentes.

Estos gatos pueden sufrir malformaciones en la mandíbula, que causan problemas dentales. Estos desajustes, si no se tratan, pueden terminar por impedir que el gato coma o beba con normalidad. 

Por otro lado, las pequeñas fosas nasales y el paladar blando del animal —que es excesivamente largo—, pueden causar dolencias respiratorias. La única forma de solucionar esto es mediante una cirugía. Aunque no todos los gatos persa chinchilla van a desarrollar estos problemas, muchos sí lo harán.

Por último, y también relacionado con la braquicefalia, estos animales tienen los conductos nasolagrimales cortos y deformes. Esto causa que las lágrimas no sigan su curso normal hasta la nariz y se acumulen en la piel, bajo los ojos.

Cría de gatos persa chinchilla.

Mantener los dientes sanos

Estas potenciales patologías hacen que la mayoría de los cuidados del gato persa chinchilla se centren en su cabeza. Las revisiones veterinarias son fundamentales para prevenir todos ellos. 

La alimentación afecta directamente a la salud de la boca, por lo que hay que buscar la mejor dieta para estos animales. Además, si se dejan cepillar los dientes, se reducirán las probabilidades de patologías dentales, como la gingivitis o la enfermedad periodontal.

Por último, debido a los conductos respiratorios atrofiados del animal, es mejor que estos gatos no se alteren demasiado ni hagan ejercicio físico durante un tiempo prolongado y bajo altas temperaturas ambientales.

La limpieza de los ojos del gato persa chinchilla

El pelo de estos gatos es de color blanco con las puntas ligeramente negras, lo que le da un aspecto plateado. Bajo los ojos, este tono puede verse afectado por las deposiciones de lágrimas.

Para evitar eso, los ojos deben ser limpiados diariamente con el producto correcto, así como secados, para evitar la aparición de dermatitis bajo la epidermis ocular. En el mercado pueden encontrarse productos que reducen la aparición de las manchas oxidadas que surgen bajo los ojos de las mascotas de color blanco.

Cuidados del pelaje del gato persa chinchilla

El pelaje del gato persa chinchilla es largo, pero tiene una capa interna más corta y muy tupida. Si este pelo no se cuida diariamente, aparecerán multitud de nudos, que impedirán la correcta aireación de la piel. Como consecuencia, pueden surgir enfermedades dermatológicas graves en la superficie cutánea del gato.

A diferencia del roedor chinchilla, esta raza de gatos sí se puede lavar con agua, pero es crucial que después se asegure un correcto secado de las capas internas de pelo para evitar la humedad.

El cepillado debe ser una actividad diaria, sin excepción alguna. Si comienzan a aparecer nudos en el pelo, al final habrá que sedar al animal para rasurar todo el cuerpo. Esto no es nada recomendable, pues se expone la piel del felino —que es muy delicada— y podría desarrollar otras patologías, debido a la acción solar.

Enfermedad de los riñones poliquísticos

Como dijimos, el gato persa chinchilla es un raza derivada del persa típico. Este hecho provoca que algunas enfermedades hereditarias se mantengan también en esta variedad.

Una patología muy grave que suele ser común en estos gatos es la enfermedad de los riñones poliquísticos (PKD). En general, los signos clínicos de la patología aparecen a una edad demasiado temprana para un gato. Esta enfermedad hace que se formen quistes de líquido en los riñones, que impiden su correcto funcionamiento. 

Si no se detecta a tiempo, el PKD puede causar un síndrome renal crónico, que se traduce en una esperanza de vida menor. Para evitarlo, es importante estar atentos a signos clínicos como la falta de apetito, vómitos, beber y orinar en exceso, cansancio general o depresión.

Aunque sea una enfermedad hereditaria de tipo autosómico dominante, no todos los individuos la padecerán. No obstante, es mejor establecer junto a un veterinario una dieta saludable para evitar que se manifieste demasiado pronto. Por desgracia, esta patología es irrefrenable una vez se presenta.

Un gato persa chinchilla sobre un fondo gris.

Los cuidados del gato persa chinchilla no son los de cualquier felino, ya que sus necesidades son diferentes, pues su genética demanda estas atenciones especiales. Antes de adquirir un gato de esta raza, hay que pensar si se va a poder cumplir con todos sus requisitos y también en el desembolso económico que podría suponer que enfermase.


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