Todo sobre la epilepsia en los perros

La epilepsia es un trastorno neurológico que surge de la hiperexcitación de las neuronas, lo que descontrola las funciones generales del cuerpo canino. Aquí, todos los detalles de la epilepsia en perros.
Todo sobre la epilepsia en los perros

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 octubre, 2022

La epilepsia es un trastorno cerebral que hace que el perro tenga repentinos, descontrolados y recurrentes ataques físicos, con o sin pérdida del conocimiento. A veces esto puede ocurrir por razones desconocidas, idiopáticas o genéticas.

La epilepsia idiopática se caracteriza por lesiones estructurales del cerebro y es más probable que se vea en los machos. Si no se trata, los ataques pueden ser más graves y frecuentes. Sigue leyendo este espacio y descubre más acerca de esta enfermedad.

¿Qué es la epilepsia?

La epilepsia es el problema neurológico más común en los caninos. Se caracteriza por la aparición de actividad eléctrica anormal en el cerebro, lo que desencadena ataques motores incontrolados conocidos como ataques epilépticos o convulsiones.

¿Cuáles son los síntomas de la epilepsia en los perros?

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El síntoma más evidente de que un perro tiene epilepsia son las convulsiones. Cuando esto ocurre, puede parecer aturdido, ocultarse o buscar atención. Al momento de la convulsión, tu perro va a caer hacia un costado, se volverá rígido, salivará profundamente, orinará, defecará y vocalizará. Estas convulsiones generalmente duran entre 30 y 90 segundos.

Las convulsiones suelen ocurrir  por la noche o en la madrugada mientras el animal está descansando o durmiendo. Por lo general, la mayoría de los perros se recuperan en el momento en que son llevados al veterinario para un examen.

Luego de que se producen las convulsiones, tu perro se sentirá confundido y desorientado. Puede caminar en círculos y toparse con cosas. Podría tener un montón de baba en su barbilla y quizás algún tipo de sangrado en su boca, si se mordió a sí mismo.

Se puede tratar de ocultar y tendrá aumento de sed y mucho apetito. Además, la recuperación después de la convulsión puede ser inmediata o puede tardar hasta 24 horas.



Signos de un ataque epiléptico

La actividad anormal que ocurre en el cerebro es capaz de provocar diferentes conductas en el can. Por lo común, cada ataque se puede dividir en tres partes:

  • AURA: es la primera manifestación del ataque epiléptico, tiene una duración de minutos a horas y se caracteriza por cambios drásticos en el comportamiento como: ladrado excesivo, salivación intensa, vómito o búsqueda de atención.
  • ICTUS: hace referencia al momento del ataque. Por lo tanto, en este se suelen presentar movimientos musculares involuntarios que duran desde segundos hasta varias horas.
  • POSTICTUS: como su nombre lo dice, es el periodo despues del ataque epiléptico. Durante este periodo el perro podría observarse desorientado, con apetito, sed o la ausencia de ellos. Debido a que la actividad neurológica es errática, podrían presentarse algunos signos diferentes que se evidencian por un comportamiento anormal del animal.

Convulsión parcial

Existen algunos ataques convulsivos que no necesariamente afectan a todo el cerebro, sino solo a una región en específico. Esto implica que el perro podría parecer consciente y sin ninguna afectación, pero la conducción eléctrica de las neuronas presenta fallos importantes que podrían ocasionar los siguientes casos:

  • Ataque focal motor. Pueden provocar movimientos inusuales en una extremidad o un lado del cuerpo. A veces duran solo un par de segundos. Pueden empezar como focal y luego llegar a ser generalizada.
  • Ataque focal autonómico. Suele ocasionar afectaciones al sistema digestivo y genera diarrea, vómito y dolor abdominal. También puede inducir problemas para tragar, exceso de baba y una incremento en el tamaño de las glándulas salivares. Este tipo de ataques suele ser bastante raro.
  • Ataque focal sensorial. Provocan cambios en el comportamiento del can, los cuales pueden ser agresión, lamido del suelo, ladridos incesantes, persecución y mordida de cola o correr en círculos.

Los perros con epilepsia pueden tener convulsiones con intervalos regulares de una a cuatro semanas. Esto suele suceder particularmente en los perros de razas grandes.

Cuanto más joven sea el perro, más grave serán las convulsiones. Sin embargo, cuando el inicio de la enfermedad se manifiesta antes de los 2 años, el tratamiento con medicación será más efectivo.

¿Qué hacer ante un ataque de epilepsia?

En caso de que tu perro tenga un ataque de epilepsia, en primer lugar, trata de mantener la calma. Si tu perro está cerca de algo que le podría afectar, como un mueble o las escaleras, trata suavemente de apartarlo de ese sitio.

Mantente alejado de la boca y la cabeza de tu perro. No pongas nada en la boca de tu mascota.  Si la convulsión dura más de un par de minutos, tu perro está en riesgo de elevar su temperatura. Enciende un ventilador y pon agua fría sobre sus patas, habla con tu perro en voz baja y tócalo suavemente. Llama a tu veterinario cuando termine la convulsión.

Causas de la epilepsia en perros

Según un estudio publicado en Veterinaria México, la mayoría de los casos de epilepsia canina son generadas por una condición idiopática. En otras palabras, no existe una causa aparente que sea la encargada de provocar los ataques epilépticos. Sin embargo, en alrededor del 20 % de los casos clínicos se pueden encontrar agentes causales como: daño cerebral, traumatismo, hidrocefalia, neoplasias o daños metabólicos.

La epilepsia también puede ser ocasionada por problemas genéticos. En muchas razas de perros es familiar. Existen múltiples genes recesivos en razas como el perro de montaña de Bernese y Labrador Retriever. También existen rasgos recesivos en los perros de raza Vizsla y Wolfhound Irlandés, Inglés Springer Spaniel y Spitz finlandés.

Las características asociadas con la epilepsia genética suele manifestarse entre los 10 meses y 3 años de edad. Por otro lado, las razas de perros más propensas a la epilepsia idiopática incluyen el Beagle, Keeshond, Tervuren Belga, Golden Retriever, Labrador Retriever, Vizsla y Pastor de Shetland.



Diagnóstico y tratamiento

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Los dos factores más importantes en el diagnóstico de la epilepsia idiopática es la edad de inicio y el patrón de las convulsiones (tipo y frecuencia). En la mayoría de los casos no es necesario realizar alguna prueba diagnóstica, ya que la presencia de los ataques suele ser más que suficiente. Aun así, un veterinario necesita revisar la situación para administrar el tratamiento adecuado.

Por lo general, parte del tratamiento es ambulatorio. Se recomienda que el perro no intente nadar para evitar el ahogamiento accidental. La mayoría de los perros que toman medicamentos anticonvulsivos a lo largo plazo tienen sobrepeso. Por lo tanto, es fundamental controlar su peso de cerca y consultar a su veterinario sobre un plan de dieta.

Es importante controlar los niveles terapéuticos de los fármacos en la sangre. Los perros tratados con fenobarbital, por ejemplo, deben ser monitoreados después de iniciar el tratamiento durante la segunda y cuarta semana. Para ello se recomienda que se haga un perfil químico de sangre cada 6 o 12 meses.

La epilepsia en los perros no se puede prevenir. Por lo tanto, si tu mascota sufre esta enfermedad, es necesario que controles sus convulsiones. También, trata de evitar los alimentos salados en aquellas mascotas adultas que están siendo tratadas con bromuro de potasio, ya que puede conducir a convulsiones y a insuficiencia renal.

Finalmente, el tratamiento de la epilepsia no tiene el objetivo de eliminar por completo las convulsiones, sino de controlarlas en la medida de lo posible. Claro está, la calidad de vida de un perro que tiene esta enfermedad no es la misma que la de un ejemplar sano. Sin embargo, con la ayuda de sus tutores y los cuidados adecuados, el can podría tener una gran vida a largo plazo.


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  • Pellegrino, F. C. (2021). PARTE 2: Enfoque diagnóstico de la epilepsia canina. Neurología, 9(2), 14.

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