¿Por qué las personas abusan de los animales?

Aunque puede parecer inverosímil, existen varias razones por las que una persona abusa o maltrata a los animales. Estas no los exculpan de sus actos, pero permite entender que los incita y tratar de corregir el problema.
¿Por qué las personas abusan de los animales?

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 04 febrero, 2022

Para las personas amantes de los animales, e incluso para muchos que no lo son, resulta inconcebible la idea de lastimar a una criatura. Por lo tanto, hace que se pregunten: ¿Por qué las personas abusan de los animales?

Los motivos que pueden llevar a una persona a maltratar animales, en especial cuando es una conducta crónica, son muy variados, pues hay razones muy específicas para cada caso, pero generalmente se presenta por tres motivos:

Por desconocimiento

gatos callejeros

Aunque parezca increíble, la mayoría de personas que abusan de los animales no lo hacen a propósito. Muchos de los tenedores de mascotas desconocen aspectos esenciales sobre la salud y necesidades básicas del animal, que derivan en situaciones de abuso o de sufrimiento del animal.

Por ejemplo, algunas personas no se dan cuenta de qué tipo de vivienda necesitan diferentes animales. Pueden tener en el patio o jardín una caseta para perro ubicada directamente en el suelo. El problema es que no tienen en mente que estas se inundan cuando llueve generando diferentes problemas de salud al can.

También, es muy común que algunos opten por mantener al perro encadenado o en encerrado en un espacio reducido, sin darse cuenta de que esta es una acción muy cruel. Igualmente ocurre con las personas que tratan de mantener a sus mascotas bajo control mediante el uso de formas crueles de disciplina. Así que utilizan el castigo físico o la intimidación, porque piensan que son las mejores maneras de resolver problemas de conducta de un can.

Otras personas son crueles porque no prestan atención. Por ejemplo, es común entre cuidadores novatos olvidar dar agua a su mascota durante unos días o dejarlos en el coche con calor y las ventanas cerradas. Lo mismo ocurre con el cuadro de vacunación o las visitas al veterinario.

Por último, algunas personas lastiman animales porque consideran que les están ayudando. Por ejemplo, aquellos que tienen tantas mascotas que no pueden cuidar de todas. Estas personas son llamadas “acaparadoras” y padecen de un trastorno denominado “síndrome de Noé”.

Por desgracia, a pesar de tener buenas intenciones y de amar a los animales, no pueden cuidar de todos y terminan viviendo en lugares sucios e insalubres.

Sin embargo, esto puede mejorarse con un poco de educación, pues se aumenta su conocimiento sobre las necesidades de los animales que tienen bajo su cuidado. Lo que es un alivio es que la mayoría de personas que abusan de animales pertenecen a este grupo. Así que sus acciones pueden corregirse con un poco de educación básica e interés estatal.

Abusadores momentáneos

En este grupo se encuentran las personas que lastiman o abusan de animales a propósito, pero lo hacen en una sola ocasión o durante un periodo corto de tiempo. Por ejemplo, un grupo de niños que persigue un perro, o lanza piedras a gatos o aves.

Estas personas suelen ser jóvenes y abusan de los animales como un acto reflejo de algo que está mal en sus vidas. Por ejemplo, niños abusados en la escuela, por sus familias o que lo hacen por presión social.

Esta clase de abusadores generalmente están enojados con alguien más (como sus padres) y patean a su perro porque no pueden hacerlo con aquella persona o situación que les está causando molestia.

Dentro de este grupo también se encuentran aquellos que acceden a cometer acciones crueles con animales por presión social o como una manera de impresionar a un grupo de amigos.

Sin embargo, lastimar intencionadamente a animales por cualquier motivo se toma en serio. En la mayoría de estados los capturados cometiendo actos crueles con animales se enfrentan a castigos severos, ya sean multas o tiempo en prisión.

A pesar de esto, son personas, en especial si son niños, que requieren apoyo psicológico y moral para detectar el tipo de situación que les está detonando las acciones abusivas. Normalmente, aquellos niños y jóvenes maltratadores también son víctimas de alguna clase de abuso.

Por placer o beneficio

perros agresivos

En el último grupo están los maltratadores que lo hacen por placer o para obtener alguna clase de beneficio (generalmente económico). En este grupo se encuentran los cazadores, las personas que usan animales en espectáculos, los que usan animales para actividades ilícitas y los que simplemente encuentran divertido o apasionante herir o asesinar animales.

Estas son personas que hacen daño a animales porque les gusta causar dolor a otros seres como una manera de sentirse poderosos. Muchos de los que se encuentran en este grupo, harían daño a otras personas si pudieran salirse con la suya. Por esto, eligen animales, pues estos son más indefensos y no los pueden delatar.

También se encuentran los que están consumidos por la codicia y no les interesa el sufrimiento que ocasionen, siempre y cuando saquen dinero de la situación.

Algunas de las motivaciones de estas personas son:

  • El dinero (peleas de perro, venta de pieles y colmillos, etc.)
  • Querer tener control sobre los demás (una persona lastimaría la mascota de su pareja para intimidarla)
  • Usar animales para lastimar a otros como una forma de sentirse poderosos.
  • Disfrutar del dolor y la violencia.

Las personas que pertenecen a este grupo generalmente sufren trastornos psicológicos o llevan una vida criminal. A menudo, necesitan ayuda profesional o terminan en prisión, ya sea por los casos de maltrato animal o crímenes relacionados con este.

Cabe tener presente que muchos de los asesinos en serie o asesinos a sueldo tienen historial de maltratar animales en algún momento de sus vidas.

Imagen cortesía de Mariano García-Gaspar.


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  • Anglés, M. & Ambrosio, M. (2017) La protección jurídica de los animales. Universidad Nacional Autónoma de México:DF.
  • Viñas, N. Q. (2008). Violencia Hacia Animales por Menores... Cosas de Ninos?. Rev. Bioetica & Derecho, 13, 12.

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