¿Por qué la muerte de una mascota duele igual que la de un familiar?

¿Por qué la muerte de una mascota duele igual que la de un familiar?

Escrito por Yamila

Última actualización: 16 noviembre, 2016

Cuando nuestro perro o gato fallece nos sentimos tan vacíos como si hubiésemos perdido a un hijo, un hermano o a nuestros padres. Experimentamos un dolor inmenso que no se puede comparar con nada y es difícil de explicar. En este artículo te contamos por qué la muerte de una mascota duele igual que la de un familiar.

Dolor por la muerte de nuestra mascota

perro en el campo

Aquellos que amamos los animales sabemos que no existe un dolor más grande que perderlos. Los perros y los gatos pasan muchos años a nuestro lado como para que su fallecimiento nos sea indiferente. Con el sólo hecho de pensar en que algún día morirán, se nos hace un nudo en la garganta. Sin embargo, hay que tener en cuenta que tarde o temprano eso sucederá y es preciso estar preparados.

La gran conexión que experimentamos por las mascotas es tal que no podemos imaginarnos la vida sin ellas. Nada será como antes desde su partida porque su amor y su lealtad quizás eran como un bálsamo entre tantos problemas.

Lamentablemente, el ciclo de vida de estos animales de compañía es mucho menor que el nuestro. Por lo tanto, es natural que seamos quienes sufran la muerte de una mascota. Según los psicólogos esto genera un gran impacto emocional en las personas, tal y como sucede cuando un miembro de nuestra familia muere. ¿Por qué? Pues porque el perro o el gato también forman parte de ese núcleo cercano.

Además, como indican en una investigación de la Universidad de Hawai, el dolor provocado por la muerte de la mascota no sólo es intenso y profundo, sino que además dura bastante tiempo. Una de cada tres personas consultadas indica que han sufrido por lo menos seis meses tras la pérdida.

Muerte de una mascota, el final de una relación más que especial

Los animales de compañía nos ofrecen su amor, su apoyo y su lealtad (en muchos casos más que lo que recibimos de otras personas). Debido a ello cuando mueren, se pierden o son robados experimentamos lo que los científicos llaman “el fin de una relación especial”.

El dolor por la pérdida de la mascota no suele ser comprendida por aquellos que no tienen un perro o un gato y se mira con malos ojos que alguien llore desconsoladamente por un animal. A diferencia de la compasión que sienten cuando fallece un familiar humano, si el que muere es un can o un felino se desestiman los sentimientos.

Como cada vez son más las parejas y familias que adoptan una mascota y la convierten en uno más de la casa, es habitual que se organicen funerales y entierros como si se tratase de una persona. Incluso hay cementerios especiales para animales de compañía.

Cómo superar la muerte de una mascota

perro en el campo

No importa si tus amigos o familiares no te entienden o dicen que eres exagerado por sentirte triste. Si tu perro o gato falleció, debes expresar tu tristeza y afrontar la pérdida. Toma el tiempo que necesites para atravesar este horrible momento.

Aunque debas derramar miles de lágrimas, no las reprimas. Saca todo tu dolor a través del llanto.

No debes echarte la culpa por lo sucedido, ya que no es la mejor manera de encontrar alivio. Simplemente tu mascota falleció y no es responsabilidad tuya. Es mejor que estés tranquilo contigo mismo y te perdones.

Sé paciente ya que durante las primeras semanas te sentirás realmente triste. Si no tienes ganas de hablar del tema no lo hagas, si prefieres quedarte el fin de semana en casa, hazlo. Pero ten en cuenta que en algún momento deberás regresar a tu vida habitual.

Por último, recuerda a tu perro o gato haciendo travesuras y estando feliz a tu lado. Trata de no guardar ningún elemento que utilizaba porque te producirá más dolor. Seguramente hay muchos animales sin hogar que necesitan comida, camas o juguetes. Y espera un tiempo prudencial para llevar otra mascota a casa. Una vez que sepas que no será un reemplazo, estás listo para darle la oportunidad a esa nueva vida.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.